Ficha técnica | ||
Descripción | Transmisión diferida de las temporadas de la Orquesta Filarmónica de la UNAM. | |
Invitados | Catherine Larsen-Maguire, directora huésped Nacida en Manchester, Inglaterra y radica en Berlín, Catherine Larsen-Maguire estudió música en la Universidad de Cambridge, para continuar su formación en la Real Academia de Música en Londres y la Academia Karajan en Berlín. En 2012, cambió su enfoque exclusivamente a la dirección de orquesta tras una carrera como fagotista, que incluyo 10 años como principal en la Ópera Cómica de Berlín. Si bien se especializa en el repertorio romántico británico, su repertorio también incluye obras de Haydn, Brahms y Mahler, además de música contemporánea. Ha dirigido a la Filarmónica de Londres, la Orquesta Nacional de la BBC de Gales, la Sinfónica de Galicia, la Filarmónica de Jalisco, La Filarmónica de la UNAM, el Ensemble Modern, Klangforum Wien, el Ensemble Musikfabrik, el Ensemble Rsesonanz, entre otros. Además de su trayectoria como directora, ha desarrollado una labor educativa que la llevó a asumir el cargo de directora musical de las Orquestas Nacionales Juveniles de Escocia en 2023. Vanessa Porter, percusiones Egresada del Colegio Real de Música de Londres y la Escuela Superior de Música de LübecK en Alemania, Vanessa Porter cursó una maestría en la Escuela Superior de Música de Stuttgart. Como solista, combina obras contemporáneas con improvisación, electrónica y artes escénicas. Ha colaborado con Georges con Georges Aperghis, Zeynep Gedizlioglu y Jennifer Walshe, entre otros compositores. Entre 2022 y 2023, como artista ECHO Rising Star se presentó en el Concetgebouw de Ámsterdam, la Musikverein de Viena, la Elbphilharmonie de Hamburgo y la Philharmonie de París. En 2024, debutó con la Sinfónica Alemana en la Philharmonie de Berlín, donde interpretó Focs d’artifici de Ferran Cruixent. Ha participado en festivales en Alemania, Austria y Suiza. En 2022 lanzó las grabaciones Cycle.Sound.Colour y Folie á deux. Fue galardonada en el Concurso de Música August Everding de Múnich y en el Iternacional de Percusión de Luxemburgo. Ha imjpartido talleres y clases magistrales en diferentes universidades y academias. Desde el otoño de 2024 es profesora de percusión en la Escuela Superior de Música de Karlsruhe en Alemania. | |
Institución productora | Radio UNAM | |
Institución coproductora | Dirección General de Música de la UNAM | |
Género radiofónico | Musical | |
Resumen | Richard Wagner (Leipzig, 1813 - Venecia, 1883) Obertura de El holandés errante Después de escribir sus dos primeras óperas, Richard Wagner tomó un puesto con la compañía de ópera de Riga. Se mudó allá con su nueva esposa, Minna, pero en menos de dos años adquirió tantas deudas que sus pasaportes fueron confiscados. La única solución fue escapar de sus prestamistas: junto con su enorme perro, Robber, la pareja abordó un barco en medio de la noche y escapó por el Mar Báltico y el Mar del Norte, entre terribles tormentas. Esta experiencia, en la que Wagner se enfrentó por primera vez al mar en todo su poder, fue la semilla que inspiró El holandés errante. Esta ópera es una interpretación de la leyenda del Holandés Errante, un capitán que, por haber invocando al diablo, es condenado a surcar los mares eternamente con su tripulación hasta que una mujer se enamore de él y le sea leal. Cada siete años, el barco fantasma puede desembarcar en tierra. La obra de Wagner cuenta cómo, en una de estas ocasiones, el capitán conoce por fin a Senta, una mujer que pone fin a su tormento. La obertura, como es de esperarse, es una presentación de la ópera en miniatura. El protagonista es, sin duda, el inmenso y salvaje mar. Dentro de él se atisban la desesperación del capitán, el enamoramiento entre él y Senta, y el conflicto que se desarrolla a lo largo de la ópera. Pero como en toda buena obertura, es más importante introducir el ambiente, el mar, la noche y el misterio del barco fantasma, para sumergirnos en el mundo que nos propone el compositor antes de que comience la historia. Clara Wieck (Schumann) (Leipzig, 1819 - Frankfurt, 1896) Concierto para piano en la menor, Op. 7 Cuando Clara Wieck escribió su concierto para piano era una adolescente, pero ya una pianista consagrada. Conocía el repertorio de arriba abajo, y su padre, Friedrich Wieck, la llevaba en giras internacionales en las que tocaba programas de gran dificultad. Cuando Clara Wieck escribió su concierto para piano lo hizo a la edad de 16 años, mucho más joven que cualquier otro compositor del canon occidental. En una adolescencia marcada por la explotación de su talento por parte de su padre, la música era “el aire en el que respiraba”. Clara desbordaba energía creativa, y no le bastaba con ser intérprete: continuamente canalizaba el íntimo conocimiento que tenía de su instrumento hacia la composición de piezas que muy claramente tenían su voz musical. Cuando Clara Wieck escribió su concierto para piano, en 1835, faltaban décadas para que Liszt, Brahms y su futuro esposo Robert Schumann escribieran los suyos. Su lenguaje claramente es similar, lo cual quiere decir que este concierto tuvo fuerte influencia sobre los suyos. Su estructura en tres movimientos ininterrumpidos, su interpretación libre de la forma musical y su sorprendente protagonismo de otros instrumentos como el violonchelo serían admirados e imitados por sus sucesores. Al momento de escribir su concierto para piano, Clara ya anticipaba que su vida como compositora estaba por terminar. No habría espacio para su creatividad musical entre la responsabilidad de cuidar a Robert y a sus ocho hijos. La vida, implacable, debía continuar. Enrico Chapela (Ciudad de México, 1974) Chinampa y trajinera La Ciudad de México es un mosaico cultural de todas las naciones que han poblado el territorio mexicano desde tiempos inmemoriales. Y dentro de ella, Xochimilco es un microcosmos de nuestra nación y su historia. Es aquí donde podemos presenciar el paisaje ancestral de los canales que alguna vez cubrieron los lagos sobre los que está construida nuestra ciudad. Y es aquí también donde se desarrolló la chinampa como forma de agricultura tan fértil que ha alimentado a la población citadina desde su origen hasta la fecha. En esta obra, Enrico Chapela nos lleva en un paseo en trajinera por varias chinampas. Visitaremos la chinampa de ahuejotes, donde estos árboles de humedal anclan la tierra para su cultivo, la chinampa de ajolotes, donde habitan estos animales casi míticos, endémicos de Xochimilco y, por supuesto, la escalofriante chinampa de muñecas. En el recorrido entre una y otra chinampa nos acompañan otras trajineras, en las que un mismo tema se esboza a través de los sonidos de las músicas tradicionales de nuestra tierra: la música chiapaneca, en la que destaca una marimba, el son jarocho, en la que resalta el sonido del arpa, el son huasteco, sobre el que vuela un violín, y por supuesto, los mariachis, protagonizados por la icónica trompeta. Paul Dukas (París, 1865 - París, 1935) El aprendiz de brujo Este poema sinfónico, nacido del feliz matrimonio entre música y literatura del siglo XIX, resultó ser la obra sobre la que descansa la reputación del compositor francés Paul Dukas. Este metódico compositor era autocrítico a tal extremo que destruyó la mayor parte de sus composiciones antes de su muerte. Ojalá nos hubiera dejado más música, porque de este lado del Atlántico, Dukas ha quedado asociado indeleblemente con esta obra y su representación en la película de Walt Disney de 1940, Fantasía. Dukas se basó para esta obra en un poema del mismo nombre que Goethe había escrito un siglo antes. La música es tan evocativa de la acción del poema que inmediatamente conjura imágenes: resulta inmediatamente comprensible que Disney la haya elegido como la pieza estandarte de su famosa película. Desde el principio, las cuerdas nos colocan en el misterioso ambiente del taller del brujo. El aprendiz replica el conjuro de su maestro (en las trompetas) para traer a la vida una escoba (fagot) que realizará su trabajo: ir al río a traer agua. Pero hay un problema: el joven no sabe detener la magia, así que la escoba sigue y sigue trayendo agua sin parar. Desesperado, el muchacho rompe la escoba en dos, y la orquesta se detiene. Pero lo único que esto logra es que ahora hay dos escobas (fagot y clarinete bajo) que rápidamente continúan yendo por agua al doble de velocidad que antes. ¡Desastre! ¡Todo se sale de control y el taller comienza a inundarse! Pero el brujo regresa, dice las palabras mágicas (en las trompetas) y regresa, por fin, la calma. | |
Producción | Arturo Flores Félix | |
Contenido | PROGRAMA: Richard Wagner (1813-1883) Obertura de El holandés errante Duración aproximada: 10 minutos Clara Wieck (Schumann) (1819-1896) Concierto para piano en la menor, Op. 7 I. Allegro maestoso II. Romanze: Andante non troppo con grazia III. Finale: Allegro non troppo – Allegro Duración aproximada: 25 minutos Claudia Corona, piano Intermedio Enrico Chapela (1974) Chinampa y trajinera Duración aproximada: 15 minutos Paul Dukas (1865-1935) El aprendiz de brujo Duración aproximada: 11 minutos | |
Conductores | Miroslava Garibay | |
Duración | 01:28:22 |
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