Radio UNAM Podcast:Ingeniería en marcha

Podcast Radio UNAM

Serie: Ingeniería en marcha

Audio: 35 Ingenieria Marcha Transicion Energetica M151024

Ficha técnica
Descripción Divulgación de las actividades académicas, de investigación, culturales y deportivas de la Facultad de Ingeniería
Invitados Dr. Luca Ferrari, Instituto de Geociencias, UNAM Dra. Jimena Olveres Montiel, Dr. Boris Escalante Ramírez, Departamento de Procesamiento de Señales, DIE
Institución productora Radio UNAM
Institución coproductora Facultad de Ingeniería de la UNAM
Género radiofónico Revista informativa
Resumen Los doctores Jimena Olveres y Boris Escalante obtuvieron el Premio Best Paper por el artículo Forging Pathways: Quantum Computing Initiaves in México, el articulo promueve el cómputo cuántico aquí en México para la educación. Dentro de esta area del cómputo cuántico se desarrollan diferentes aplicaciones con la finalidad de invitar a los alumnos a hacer servicio social, tesis y prácticas profesionales, para apoyar en este tipo de proyectos. Así mismo, hay cursos para quienes también esten interesados en incorporarse. La narrativa dominante sobre la transición energética nos dice que es necesario dejar de usar los combustibles fósiles por sus efectos dañinos sobre el clima y que esto se pude hacer sustituyendo petróleo, gas y carbón con fuentes renovables que producen electricidad. Suena perfecto: con un cambio tecnológico podemos dejar fuentes no renovables, que se van agotando y son contaminantes, por fuentes infinitas y limpias. Entonces, ¿por qué no lo hicimos así desde el principio? Después de todo, la tecnología de generación y uso de la electricidad se desarrolló a finales del siglo XIX, casi al mismo tiempo que los motores de gasolina y diésel; las centrales hidroeléctricas y geotérmicas se empezaron a construir desde principio del siglo XX. Pero la electricidad se quedó con un nicho de aplicaciones que hasta la fecha representa solo una quinta parte del consumo de energía total. La razón es que los combustibles fósiles, particularmente el petróleo, tienen características superiores en cuanto a densidad energética -un litro de gasolina o diésel contiene por lo menos 50 veces más energía que el mismo volumen de una batería de ion-litio-; transportabilidad -el petróleo se puede transportar fácilmente y con costos relativamente bajos por todo el mundo, mientras que las líneas de transmisión de electricidad tienen costos mucho más altos y pérdidas que se incrementan con la distancia-; y versatilidad -hay miles de productos de uso comunes como plásticos, resinas, lubricantes, medicamentos, agroquímicos, tintes, entre otros, que son derivados de petróleo y gas-. No obstante, la producción de petróleo ha llegado a su máximo a medida que se van agotando los yacimientos convencionales más productivos, fáciles y baratos1; y el gas y el carbón están muy cerca. Quedan todavía muchos hidrocarburos en el subsuelo, pero su coste de extracción y el impacto ambiental de su explotación son insostenibles. El sistema económico actual, adicto al crecimiento, se construyó sobre estas fuentes de energía concentradas cuando eran baratas y abundantes, pero su rendimiento decreciente ha llegado al límite de la asequibilidad. Por ejemplo, se ha demostrado que cuando el costo del aprovisionamiento del petróleo llega a rebasar 5,5 % del producto interno bruto (PIB), la economía deja de crecer y entra en recesión2. La narrativa de la transición energética de corte tecnológico promueve entonces el llamado «crecimiento verde», que supone que es posible que el PIB siga creciendo desacoplado del uso de recursos materiales y de las emisiones de GEI3. Para ello se nos dice que es necesario transitar hacia el coche eléctrico, redes inteligentes y almacenamiento basado en baterías e hidrógeno “verde”, así como una pletora de tecnologías de captura de carbono. La magia de la electricidad es su inmaterialidad y transmisión a distancia. Como no vemos cómo se produce y se transforma, podemos fantasear que los motores se mueven sin consumo aparente de materia y energía. En realidad, dejar en el subsuelo los combustibles fósiles para alimentar el sistema con generación eólica y solar implica pasar de la extracción de combustibles fósiles a la extracción acelerada de otras materias primas no renovables para esta nueva industria «renovable». Esto está ocurriendo en un momento en el que, como con los hidrocarburos, la industria minera está llegando al pico de la producción de muchos minerales críticos. El costo de la minería está aumentando desde hace más de una década, ya que a medida que se extraen y procesan los yacimientos de mayor calidad, disminuye la ley mineral, es decir, la cantidad de mineral contenida en un cierto volumen de roca. Esto hace más cara la operación de la maquinaria de excavación, la flota de camiones de carga y las plantas de beneficio, ya que hay que remover, transportar y procesar mucho más volumen de roca por unidad de metal, lo que resulta en un aumento en el consumo de energía, principalmente diésel, pero también de agua. Como en el caso del petróleo, la disminución de la ley no significa que el suministro de mineral en el subsuelo se esté agotando, sino que el mineral que es económico extraer está disminuyendo, lo que provoca un incremento en los costes de producción. Este fenómeno ya está ocurriendo: todos los elementos fundamentales para la industria «renovable» han incrementado su precio entre dos y seis veces desde el año 2005, con grandes variaciones que van de la mano con las del precio del petróleo. Aunque es difícil de aceptar para muchos, estamos tocando los límites del crecimiento antes de que la transición renovable haya empezado en serio. Lo que nos espera son mayores precios de la energía - petróleo, gas, electricidad, energía eólica y solar- que, a su vez, conducen a mayores costos de extracción y fabricación de todo tipo de productos, incluyendo por supuesto paneles solares y turbinas eólicas. Esto se traduce en mayores costos de inversión para todo tipo de energía -sea ésta fósil, renovable o nuclear- no solo en términos económicos, sino también en términos energéticos, compitiendo con necesidades básicas como la producción de alimentos y el mantenimiento de la infraestructura. Si bien existen soluciones técnicas, estas pueden funcionar a una escala mucho menor que en la actual. Si queremos desarrollarlas para que sustituyan el sistema basado en combustibles fósiles las necesidades energéticas y materiales se vuelven inviables y van a llevar a conflictos y colapso. Un futuro libre de combustibles fósiles es inevitable, pero implica un uso mucho más parsimonioso de los recursos, que deben dirigirse hacia las necesidades más básicas para el bienestar de la población, en un marco de redistribución de los recursos.
Producción Pedro Mateos Pérez
Contenido comentarios Dr. Luca Ferrari Cortinilla: Ingeniería en Marcha Pedro Mateos efemerides Pedro Mateos comentarios Dra. Jimena Olveres Montiel, Dr. Boris Escalante Ramírez
Conductores Jorge Solano Gálvez , Sandra Corona Loya
Duración 01:00:23