Ficha técnica | ||
Descripción | Transmisión diferida de las temporadas de la Orquesta Filarmónica de la UNAM. | |
Invitados | Sylvain Gasançon, director titular Designado director titular de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) en enero de 2023, Sylvain Gasançon nació en Metz, Francia; estudió violín en su país natal y ofreció sus primeros conciertos a una edad muy temprana. Posteriormente se graduó del Conservatorio Real de Bruselas con Endre Kleve. Estudió dirección orquestal con Jean-Sébastien Béreau, Gerhard Markson, Gianluigi Gelmetti, Pinchas Zukerman y Jorma Panula en Siena, Salzburgo, Ottawa, Lausanne y San Petersburgo. Se tituló del Conservatorio Nacional Superior de Música de París y obtuvo un título de maestría en musicología de la Universidad de París. Fue ganador del Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta en México (2005, con la OFUNAM) y el Segundo Premio del Concurso Internacional Jorma Panula en Finlandia (2006). Ha dirigido orquestas en países de América, Europa y Asia, como la Orquesta Sinfónica Portuguesa, la Filarmónica de Magdeburgo, la Sinfonia Rotterdam, la Filarmónica de Hong Kong, la Filarmónica de Buenos Aires, la Orquesta del Estado de São Paulo y las orquestas sinfónicas nacionales de Argentina, Chile, Colombia y México. Omar Pérez, viola El violista venezolano-mexicano Omar Pérez comenzó su formación musical en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela bajo la tutela de José Guillermo Fuentes en el Conservatorio de Música Blanca Estrella de Méscoli. También obtuvo un título de ejecución de viola del Consejo Asociado de Escuelas Reales de Música en 2019. Ha ganado premios en concursos internacionales y nacionales, como el primer lugar en Interviolas en Bogotá (2023). Ha tomado clases magistrales con Wolfram Christ, Patricia McCarty, Randolph Kelly, Martha Katz, Tatjana Masurenko, Miguel Da Silva, James Dunham, Atar Arad, Ori Kam, entre otros. Ha actuado en varios países y ha compartido el escenario con Paul Meyer, Monique Duphil, Antonio Saiote, Gonzalo Ruvalcaba y el Cuarteto Latinoamericano. De 2012 a 2015 fue integrante de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, dirigida por Gustavo Dudamel, con la que realizó giras por Ámsterdam, Los Ángeles, París, Milán y Nueva York. Actualmente, reside en México, donde ha tocado con la Orquesta Filarmónica de Jalisco, la Orquesta Solistas de América y la Sinfónica de Minería, además de formar parte de la sección de violas de la Filarmónica de la UNAM. | |
Institución productora | Radio UNAM | |
Institución coproductora | Dirección General de Música de la UNAM | |
Género radiofónico | Musical | |
Resumen | Franz Schreker (Mónaco, 1878 - Berlín, 1934) Vals lento ¿Qué hay más austriaco que un vals? Cuando Franz Schreker llegó a Viena en 1888, aún era la ciudad de Brahms y Bruckner, que danzaba al ritmo de los valses de Johann Strauss. Una ciudad a punto de ser transformada profundamente por nuevas ideas que revolucionaron todos los campos de las ciencias y las artes en esta ciudad. Para 1908, cuando se escribió este Vals lento, era claro para toda la sociedad que la época de oro del vals (y de Austria) ya había pasado, y que el futuro traería cambios impredecibles. Schreker es uno de los compositores austriacos que merecen más atención de la que reciben actualmente. En aquel torbellino llamado Viena, Schreker supo integrar a su música los distintos lenguajes del momento, desde el Romanticismo, Impresionismo y Expresionismo hasta la expansión tímbrica y tonal de la incipiente música del siglo XX. Escrita en la misma época que el vals homónimo de Ravel, y que el Valse triste de Sibelius, ésta es la aportación de Schreker a un género que, para aquel momento, estaba mirando hacia atrás con nostalgia, contemplando su inminente fin. El Vals lento de Schreker combina la indulgencia, expresividad y sensualidad del fin de siglo vienés con la melancolía de los últimos años antes de la Gran Guerra. Su delicada orquestación para pequeña orquesta (alientos madera, glockenspiel, triángulo, arpa y ensamble de cuerdas) no le quita riqueza en sonoridad, que toma mucho del lenguaje francés de la época para construir un vals entre sueños, una danza lejana, imbailable, una visión de un mundo que se desvanece. William Walton (Oldham, 1902 - Ischia, 1983) Concierto para viola Al introducir este concierto poco interpretado fuera de Gran Bretaña el compositor y arreglista inglés Christopher Palmer escribe: La viola no es un instrumento fácil para el cual escribir un concierto efectivo. El violín tiene una personalidad multifacética y siempre puede volar encima de la orquesta. El poder expresivo y la sensualidad lírica del violonchelo constantemente jalan la atención del público. Pero la viola es un instrumento más introvertido, un poeta y filósofo con un tono menos brillante que una orquesta distraída siempre puede opacar. Y sin embargo, en el concierto de Walton no nos percatamos de ninguna de estas limitaciones. En 1928, William Walton escribió el concierto para el gran virtuoso británico Lionel Tertis, quien de inmediato se lo regresó por ser “demasiado moderno”. Tertis se arrepentiría de esta decisión cuando el estreno del concierto (con otro solista) demostró ser un éxito inmediato e hizo despegar el nombre de Walton. La obra tiene un inicio nebuloso, dentro del cual Walton constantemente introduce nuevas ideas. Después de un tiempo, la música por fin estalla en color y vigor. Estas dos atmósferas se intercalan a lo largo de este primer movimiento. El segundo movimiento, poderoso, sintético y brillante, es un torbellino sonoro guiado por la viola que mantiene un alto nivel de intensidad en todo momento. El final es un juego de contrastes entre el aspecto impetuoso y el melancólico del joven compositor. Las dos naturalezas se encuentran, se debaten, incluso se fugan. ¿Cuál prevalecerá al final? Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756 - Viena, 1791) Sinfonía núm. 41 en do mayor, K 551, Júpiter En 1788, Mozart estaba pasando por un momento difícil de su vida. Su apuesta por ser un compositor independiente no le estaba funcionando, y poco tiempo antes había perdido a su hija bebé. Sin embargo, en menos de tres meses compuso una trilogía de sinfonías que habrían de pasar a la historia, no por ser las últimas, sino por ser extraordinarias y prefigurar el Romanticismo que estaba a la vuelta de la esquina. Los primeros compases nos presentan dos motivos inmediatamente contrastantes: tres golpes de la orquesta, seguidos por un suave suspiro. Estos dos polos opuestos guían el resto del movimiento (y reaparecen en futuros movimientos). Los movimientos centrales son también extraordinarios. El segundo y tercer movimiento siguen los preceptos de la tradición. Un respiro lírico y cantable que fluye como un arroyo, y una danza que contrasta la textura de la orquesta completa con la de un ensamble más pequeño. Pero Mozart guardó sus cartas para el cuarto y movimiento. La convención hasta entonces dictaba que el primer movimiento de una sinfonía debía ser el más memorable. Pero Mozart convierte el último en el clímax de la obra. A lo largo del movimiento desarrolla cinco temas, que es proeza suficiente. Pero cuando parece que está por terminar, Mozart nos sorprende con una fuga en la que los cinco temas se entrelazan estrechamente en un perfecto final a una de las sinfonías más celebradas de la historia. | |
Producción | Arturo Flores Félix | |
Contenido | PROGRAMA: Franz Schreker (1878-1934) Vals lento Duración aproximada: 6 minutos William Walton (1902-1983) Concierto para viola I. Andante comodo II. Vivo; con molto preciso III. Allegro moderato Duración aproximada: 27 minutos Solista OFUNAM: Omar Pérez, viola Intermedio Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) Sinfonía núm. 41 en do mayor, K 551, Júpiter I. Allegro vivace II. Andante cantabile III. Allegretto IV. Molto allegro Duración aproximada: 30 minutos | |
Conductores | Elisa Schmelkes | |
Duración | 01:54:52 |
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